Un año accidentado por el asunto de la pandemia. Este año tomamos las fotos con mascarilla y también sin ella, porque el Cementerio del Este es un lugar amplio y no había apenas gente. Diez años en los que la impronta de Henry siguió su curso. La novela de su vida es ahora conocida por miles de lectores que dejan sus amables comentarios en Amazon y también me los envían por correo. Seguro que a Henry Waldek le habría gustado leerlos.
Por si pasas por aquí, Waldek, podrás ver las fotos que tomamos hoy, estamos como siempre, Enrique, tu nieta Angie y yo.
¡Hasta pronto, Waldek!