Se nos ofrece en esta ópera prima de Blanca Miosi (se entiende que la primera publicada, no escrita) una novela cargada de emociones fuertes, de miseria, de esperanza e historia. Es la vida de Waldek, un muchacho polaco que, apenas despuntando en su juventud, se ve obligado a vivir el asedio nazi con toda su crueldad. Será el primer contacto con el pensamiento humano y su conducta. Waldek comienza aquí a vislumbrar una cuestión que le rondará durante toda su vida, la de la imposibilidad de separar el bien de las garras del mal. Las experiencias que pasará el muchacho a partir de su paso por los campos de exterminio harán de él todo un superviviente. Con una fuerza interior abrumadora, sus energías y ansias de vivir harán de él un luchador (como algunos de sus allegados en la obra le definen) y tendrá todo el éxito que podría desear. Sin embargo, su vida será un vaivén de circunstancias en las cuales será engañado, en las que se verá forzado a situaciones indeseadas y en las que, como contrapartida, encontrará el amor y la dicha. Su existencia, como bien apunta Waldek, irá ligada a la huida del comunismo, que parece le persigue allende va, siguiendo sus pasos hasta Sudamérica.
Asombra la valentía de Waldek y, en todo momento, será él quien asuma el control de su vida (en la medida en que la situación se lo permite y dentro de sus posibilidades para elegir). En poco más de trescientas páginas, se nos ofrece una vida completa, desde la infancia hasta la misma muerte. Es esta una novela sin cabos sueltos, con profundidad y con un abrumador desarrollo de sus personajes (sobre todo del protagonista). Llena de palabras cuidadas con mimo y delicadeza, pero con la misma crudeza que la historia que nos muestra la autora a cada momento con sus líneas. Es esta una escritora que, sin duda, no dejará indiferente a nadie. Una obra magistral de lectura ágil y agradecida.
A todo esto hay que añadir el genial trato de ciertas sutilezas que, a priori, parecen rozar lo fantástico, lo mágico, las que hacen una historia más cercana aún en pleno contacto (aunque sea de forma leve) con la superstición o la brujería. De igual modo, la autora hace un reflexión acerca del ser humano que no tiene desperdicio. Es una novela que se bebe, que seduce y que, sin duda, enriquece el alma por los muchos matices que Blanca Miosi nos regala.
Víctor Morata Cortado
Mentecreativa
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